El proceso de fermentación

La fermentación es un proceso que transforma unos alimentos en otros gracias a la introducción de microorganismos específicos. Sabemos que dicho así no suena muy bien, pero gracias a él obtenemos alimentos como el queso, el yogur o el pan.
El proceso de fermentación

Este proceso puede modificar tanto la textura como el sabor de los alimentos. Pero no solo eso; algunos alimentos fermentados con bacterias específicas te pueden ayudar a cuidar tu sistema inmunitario y mantener tus defensas más fuertes. ¡Una ayuda ideal para nuestro organismo!

El proceso de fermentación puede cambiar las propiedades, la textura o el sabor de los alimentos.

En el caso de los yogures, son las bacterias ácido lácticas las que consiguen que las proteínas de la leche obtengan una nueva textura.

Cada proceso de fermentación es diferente, por lo que la temperatura y la duración también puede variar en función de los resultados que se quieran obtener.

¿Qué conseguimos con un proceso de fermentación lento?

Todas las horas que invertimos en este proceso nos permiten garantizar que la cantidad de microorganismos que se generan sea la necesaria para que cada botellita de Actimel llegue a alcanzar la población de 10.000 millones de fermentos naturales L. Casei.

Cada botellita de Actimel contiene 10.000 millones de fermentos naturales L. Casei.

¿Has oído hablar de Lactobacillus Bulgaricus y Streptococcus Thermophilos? Aunque no te suenen de nada son los fermentos naturales propios del yogur. En este caso, en cada botella de Actimel los vas a encontrar y, además, L. Casei, un fermento natural exclusivo de Danone.

¿Quién iba a decir que habría tanto en una botellita tan colosalmente pequeña?